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Kohelet Capítulo 12 - Aforismos y libros inútiles
El Rey Salomón en su vejez (grabado de Gustav Dore, XIX).Hay un ejercicio que me han hecho varias veces: si pudieras conversar con cualquier personaje de la historia de la humanidad, ¿con quién te gustaría hablar? Nunca lo hubiese pensando hasta ahora pero el académico Frank Zimmermann respondió que le encantaría tener una conversación con Kohelet. Confiesa que le gustaría haber "sentido" las emociones de Kohelet mientras escribía su obra.
Al igual que sucede con los grandes artistas del pasado, no poseemos más que sus obras. A través de ellas y en algunas ocasiones correspondencias, no nos queda más que intentar mirar más allá de las palabras y animarnos a creer que los conocemos realmente.
Llegando al final, Kohelet ya no solo reflexiona sobre el paso del tiempo y cómo todo tiene poco significado puesto que será olvidado sino que se anima ir más allá de eso y reflexionar ¡sobre su propia obra! ¡Kohelet reflexiona si es que acaso todo lo que ha escrito tiene sentido! (atención al cambio estilístico de los pesukim 9 y 10):
(ט) וְיֹתֵ֕ר שֶׁהָיָ֥ה קֹהֶ֖לֶת חָכָ֑ם ע֗וֹד לִמַּד־דַּ֙עַת֙ אֶת־הָעָ֔ם וְאִזֵּ֣ן וְחִקֵּ֔ר תִּקֵּ֖ן מְשָׁלִ֥ים הַרְבֵּֽה׃ (י) בִּקֵּ֣שׁ קֹהֶ֔לֶת לִמְצֹ֖א דִּבְרֵי־חֵ֑פֶץ וְכָת֥וּב יֹ֖שֶׁר דִּבְרֵ֥י אֱמֶֽת׃ (יא) דִּבְרֵ֤י חֲכָמִים֙ כַּדָּ֣רְבֹנ֔וֹת וּֽכְמַשְׂמְר֥וֹת נְטוּעִ֖ים בַּעֲלֵ֣י אֲסֻפּ֑וֹת נִתְּנ֖וּ מֵרֹעֶ֥ה אֶחָֽד׃ (יב) וְיֹתֵ֥ר מֵהֵ֖מָּה בְּנִ֣י הִזָּהֵ֑ר עֲשׂ֨וֹת סְפָרִ֤ים הַרְבֵּה֙ אֵ֣ין קֵ֔ץ וְלַ֥הַג הַרְבֵּ֖ה יְגִעַ֥ת בָּשָֽׂר׃
[9) Además (ioter), Kohelet era sabio, continuó enseñando al pueblo. Escuchó y probó la solidez de muchos proverbios (meshalim). 10) Kohelet buscó descubrir dichos útiles y registrar palabras genuinamente verdaderas.]
11) Las palabras de los sabios son como aguijones, como clavos fijos en varas de pastoreo. Fueron dadas por un único Pastor. 12) Contra ellas, hijo mío, sé advertido: la elaboración de muchos libros no tiene fin, y el mucho estudio cansa la carne.
Efectivamente no somos lo primeros en notar que Kohelet es por primera vez referido en 3era persona. El texto comienza a narrar "acerca" de él. Ya Rashbam en la Edad Media argumenta que a partir de aquí no es Kohelet sino un escriba que nos cuenta sobre las enseñanzas de Kohelet.Más allá de este pequeño pero gran detalle (¡¿a quién hemos estado leyendo?! ¿Kohelet? ¿Un discípulo de Kohelet? probablemente nunca sabremos del todo pero al menos nos queda el texto), es interesante llegando al final aprovechar para detenernos a contemplar el género literario de lo que ha sido esta obra en su totalidad. Para Brettler, lo que hace que de todo el Tanaj Kohelet sea "uno de los libros más difíciles" no solamente es el contenido sino la composición literaria de esta obra que incluye diferentes estilos como monólogos (cap. 1 y 2), poesía (cap. 3 y 12) y proverbios (cap. 7 y 10). Esto es lo que los académicos llaman una "obra compleja" debido a la complejidad de estilos literarios que conviven en una supuesta "unidad de sentido" haciendo tremendamente difícil la aprehensión y la reducción de la obra (la Torá en sí misma es un ejemplo fascinante en esto puesto que posee también mitología, poesía, leyes, diálogos, novela, etc.). Erica se enfoca en explorar la palabra con la que Kohelet (o mejor dicho quien está narrando sobre Kohelet) utiliza para el género del mashal (proverbio).Empecemos viendo lo que dice Metzudat David (s. XVIII):
(א) ויותר וגו׳. יותר ממה שהיה קהלת חכם בעצמו, עוד היה בו מעלה יתרה, כי למד דעת את העם והיה מחכים את אחרים: (ב) ואזן. היה מאזין להם דברי חכמה, כי היה לו לשון למודים להבין לזולת: (ג) וחקר. הורה דרכים לעם לחקור בהם החכמה: (ד) תקן. עשה וחבר משלים הרבה, כמו שנאמר וידבר שלשת אלפים משל:
(1) "Además (ioter), etcétera": Más allá de ser Kohelet sabio por sí mismo, tenía una virtud adicional, ya que enseñaba conocimiento al pueblo y hacía sabios a los demás.
(2) "Y escuchó": Escuchaba palabras de sabiduría y las asimilaba, ya que tenía una lengua elocuente para transmitir comprensión a los demás.
(3) "Y probó": Enseñó caminos al pueblo para investigar la sabiduría.
(4) "la solidez (solidificó/estableció)": Creó y compuso numerosos proverbios, como se dice: "Y habló tres mil proverbios".
(יב) וַיְדַבֵּ֕ר שְׁלֹ֥שֶׁת אֲלָפִ֖ים מָשָׁ֑ל וַיְהִ֥י שִׁיר֖וֹ חֲמִשָּׁ֥ה וָאָֽלֶף׃
(12) Compuso tres mil proverbios, y sus cánticos fueron mil cinco.
Kohelet no sólo poseía sabiduría (חכמה), creaba y enseñaba sabiduría (והיה מחכים את אחרים - lo que yo llamo "ideas inteligentes vs. vivir inteligentemente").
Su gran contribución para lograr esto parecen ser los proverbios. Entonces: ¿qué es un mashal (proverbio)?
James Kugel, How to read the Bible (resumen sobre jojmá y mashalim):
1. Definición de sabiduría en la Biblia hebrea
  • En hebreo, "sabiduría" no solo describe buen juicio o discernimiento, como en español, sino también el conocimiento de las reglas inmutables que gobiernan la realidad. Estas reglas, establecidas por Dios al crear el mundo, incluyen tanto el funcionamiento de la naturaleza como las leyes éticas y morales.
  • La sabiduría era la habilidad de descubrir estas reglas ocultas y transmitirlas a futuras generaciones.
2. La sabiduría de Salomón
  • Salomón es descrito como el hombre más sabio, evidenciado por su vasto conocimiento del mundo natural (árboles, animales, aves, reptiles y peces) y su capacidad de generar proverbios que encapsulan verdades profundas.
  • En el antiguo Israel, la sabiduría ya había sido buscada durante siglos en Egipto y Mesopotamia, consideradas las civilizaciones líderes en el conocimiento. Por ejemplo,
(י) וַתֵּ֙רֶב֙ חׇכְמַ֣ת שְׁלֹמֹ֔ה מֵחׇכְמַ֖ת כׇּל־בְּנֵי־קֶ֑דֶם וּמִכֹּ֖ל חׇכְמַ֥ת מִצְרָֽיִם׃ (יא) וַיֶּחְכַּם֮ מִכׇּל־הָאָדָם֒ מֵאֵיתָ֣ן הָאֶזְרָחִ֗י וְהֵימָ֧ן וְכַלְכֹּ֛ל וְדַרְדַּ֖ע בְּנֵ֣י מָח֑וֹל וַיְהִֽי־שְׁמ֥וֹ בְכׇֽל־הַגּוֹיִ֖ם סָבִֽיב׃
(10) La sabiduría de Salomón era mayor que la sabiduría de todos los hijos del Oriente y que toda la sabiduría de los egipcios.(11) Era más sabio que cualquiera, incluyendo a Etán el Ezrahita, a Hemán, a Calcol y a Dardá, los hijos de Majol. Su fama se extendió entre todas las naciones circundantes.
3. Transmisión de la sabiduría
  • A diferencia de los tratados extensos actuales, las ideas complejas del mundo antiguo eran transmitidas a través de meshalim (proverbios), breves oraciones de dos partes que requerían reflexión para ser comprendidas.
  • Ser sabio implicaba dominar una colección de estos meshalim, lo que equivalía a poseer gran parte del conocimiento humano acumulado.
4. Ideología de la sabiduría
  • La sabiduría tradicional sostenía que las cosas no suceden al azar; todo ocurre conforme a patrones establecidos y eternos, incluidos los actos humanos y sus consecuencias.
  • Según este enfoque, los justos siempre serán recompensados y los malvados castigados, lo que refleja una visión dualista: justos versus malvados o sabios versus necios. Esta visión no considera un punto medio; las decisiones absolutas determinan la afiliación a uno u otro grupo.
5. Contraste entre Proverbios y Eclesiastés
  • Proverbios: Representa la sabiduría ortodoxa, idealizando una vida donde la justicia siempre triunfa y el orden moral prevalece.
  • Eclesiastés: Es un cuestionamiento a esta visión. Aunque el autor desea que las ideas de la sabiduría ortodoxa sean verdaderas, reconoce que la realidad rara vez se alinea con estas afirmaciones, creando una tensión entre el ideal y la experiencia.
"Los sabios del antiguo Cercano Oriente no escribieron tratados filosóficos. No se propusieron, como los antiguos griegos, desarrollar su pensamiento en análisis largos y discursivos. En cambio, valoraron cada una de las ideas por separado y buscaron empaquetarlas en esa forma de oración modular, altamente transportable que, al mismo tiempo, era fácil de recordar pero extraordinariamente flexible y sutil. Así fue como el mashal, la palabra hebrea que designa a cualquier proverbio escrito en esta forma de oración de dos partes, se convirtió en la unidad básica de la sabiduría, no solo en Israel sino en todo el antiguo Cercano Oriente. Las colecciones de cientos de estos "poemas de un renglón" se encuentran entre los textos más antiguos que tenemos y dan testimonio de un esfuerzo colectivo prolongado para preservar cada una de las coordenadas conocidas del plan divino"
Erica nos hace conscientes que la naturaleza de esta obra plantea una cuestión más general sobre la forma de libros como Kohelet y Proverbios y por qué los seres humanos escriben, crean o compran colecciones de citas: los humanos citan aforismos y a menudo los reúnen porque revelan verdades profundas que tienen un atractivo universal. Pero existe el peligro de su atractivo porque una "falsedad interesante atraerá más seguidores que una verdad aburrida". Es igual de fácil popularizar las mentiras cuando vienen en un envoltorio atractivo. Una vez le preguntaron al popular escritor y profesor de negocios Adam Grant por qué la gente se siente atraída por las citas, como el tipo de dichos motivadores en camisetas, tazas e imanes para el refrigerador. Respondió que nos atraen los aforismos porque son profundos y amplios, y representan verdades amplias para una amplia gama de personas a lo largo del tiempo y el espacio. También son omnipresentes:
"Aparecen regularmente en la retórica de líderes carismáticos. Los mejores son atractivos porque son memorables y motivadores. Dan significado y dirección. Estimulan nuevos pensamientos o nuevas acciones o nos recuerdan que debemos revisar los antiguos. Los peores dichos son clichés y lugares comunes (tan obvios que no vale la pena repetirlos) o mentiras seductoras... Los más provocativos son reversiones de aforismos existentes."
Como una reflexión personal final, confieso que si hay algo que yo mismo he realizado a lo largo de mi vida y que muchas veces me lo hacen notar es mi esfuerzo por recordar frases (no tanto proverbios) que me han ayudado a ordenar y ver el mundo y mi vida (tengo tantas y las uso tanto que algunas tienen copyright: "no es un o,..."
La elaboración de libros no tiene fin
(יב) וְיֹתֵ֥ר מֵהֵ֖מָּה בְּנִ֣י הִזָּהֵ֑ר עֲשׂ֨וֹת סְפָרִ֤ים הַרְבֵּה֙ אֵ֣ין קֵ֔ץ וְלַ֥הַג הַרְבֵּ֖ה יְגִעַ֥ת בָּשָֽׂר׃
12) Contra ellas, hijo mío, sé advertido: la elaboración de muchos libros no tiene fin, y el mucho estudio cansa la carne.
(ב) בְּנִי הִזָּהֵר. לִשְׁמֹר דִּבְרֵי חֲכָמִים, וְאִם תֹּאמַר: "אִם יֵשׁ בָּהֶם צוֹרֶךְ, לָמָה לֹא נִכְתְּבוּ"? (ג) עֲשׂוֹת סְפָרִים הַרְבֵּה אֵין קֵץ. אִם בָּאנוּ לִכְתֹּב, לֹא הִסְפַּקְנוּ: (ד) וְלַהַג הַרְבֵּה יְגִעַת בָּשָׂר. וְאִם בָּא לָתֵת לֵב לְגִרְסָא חֲבִילוֹת יוֹתֵר מִמַּה שֶׁאֵין הַלֵּב מַשִּׂיג, יְגִיעָה הִיא לַבְּרִיּוֹת, שֶׁאֵין לְהַשִּׂיגוֹ, וְלֹא יֹאמַר: "הוֹאִיל וְלֹא אוּכַל לִגְמֹר הַמְּלָאכָה, לָמָּה אַתְחִיל"? אַךְ
2) "Hijo mío, sé advertido": Observa las palabras de los Sabios. Si preguntas, "Si son necesarias, ¿por qué no fueron escritas?" 3)"No hay fin para la elaboración de muchos libros": Si intentáramos escribir todo, no seríamos capaces de hacerlo. (los Sabios no escribieron en los libros todo lo que uno debe observar porque "no hay fin", es decir, sería imposible escribirlo todo). 4)"Y el mucho estudio desgasta la carne": Si uno intenta meditar en grandes cantidades de estudio de la Torá, más allá de lo que el corazón puede comprender, esto agota a la humanidad, algo que no es alcanzable. Sin embargo, no debe decirse: "Puesto que no puedo completar la obra, ¿por qué debería comenzar?"
Rashi entiende que no todo puede ser aprendido, entendido y ni siquiera puesto por escrito. De todas maneras y al fin del día Rashi era un moré, y como buen moré nos incentiva a seguir estudiando a pesar de saber que jamás completaremos la obra pero como enseñó Rabi Tarfón en P. Avot no estamos libres de cumplir con nuestra parte. Erica escribe una frase notable a continuación siendo ella una gran erudita: "Jewish study, after all, is about savoring rather than mastering" (¡buen mashal!). Posibles traducciones sugeridas por ChatGPT:
  • El estudio judío, al fin y al cabo, se trata más de disfrutar que de dominar.
  • El estudio judío consiste, en última instancia, en saborear más que en dominar.
  • Después de todo, el estudio judío trata de saborear el conocimiento, no de dominarlo.
  • El estudio judío, en esencia, busca el deleite más que la maestría.
  • Al final, el estudio judío tiene que ver con disfrutar, no con dominar.
  • El propósito del estudio judío, en última instancia, es saborear el aprendizaje en lugar de dominarlo.
Hagamos pequeño interludio fascinante sobre la imposibilidad de "decirlo todo":
(א) וְעָשִׂיתָ הַיָּשָׁר וְהַטּוֹב בְּעֵינֵי ה', עַל דֶּרֶךְ הַפְּשָׁט יֹאמַר תִּשְׁמְרוּ מִצְוֹת הַשֵּׁם וְעֵדֹתָיו וְחֻקּוֹתָיו, וּתְכַוֵּן בַּעֲשִׂיָּתָן לַעֲשׂוֹת הַטּוֹב וְהַיָּשָׁר בְּעֵינָיו בִּלְבַד. וּלְמַעַן יִיטַב לָךְ, הַבְטָחָה, יֹאמַר כִּי בַּעֲשׂוֹתְךָ הַטּוֹב בְּעֵינָיו יִיטַב לָךְ, כִּי הַשֵּׁם מֵטִיב לַטּוֹבִים וְלִישָׁרִים בְּלִבּוֹתָם. וּלְרַבּוֹתֵינוּ בָּזֶה מִדְרָשׁ יָפֶה, אָמְרוּ זוֹ פְּשָׁרָה וְלִפְנִים מִשּׁוּרַת הַדִּין.
"Harás lo que es recto y bueno a los ojos de Dios": Esta es una enseñanza fundamental, porque no es posible mencionar en la Torá todas las conductas necesarias entre una persona y sus vecinos, amigos, en su comercio o en las estructuras sociales y políticas. Pero después de haber mencionado muchas de ellas, como "No andarás con chismes", "No guardarás rencor", "No te quedarás indiferente ante la sangre de tu prójimo", "No maldecirás a un sordo", "Te levantarás ante una persona mayor", y otras similares, regresa y dice de manera general: "Harás lo recto y lo bueno". Esto incluye todas las situaciones, incluso aquellas que no están especificadas explícitamente, como la mediación o actuar más allá de lo estrictamente exigido por la ley.
EB:Kohelet advierte que producir y poseer demasiados libros puede convertirse en un problema en sí mismo. Algunos libros permanecen sin leer. Otros, cuyo contenido hemos olvidado hace mucho tiempo, apuntan a nuestros propios fallos de memoria. Los libros pueden convertirse en sus propios objetos de estatus, señalando la inteligencia de sus lectores a quienes miran sus tapas, incluso cuando los lomos permanecen intactos. El lector moderno puede al entrar en una biblioteca o librería, sentirse abrumado por todo lo que hay que saber y el poco tiempo que hay para leer, como se señala en las observaciones del capítulo 1. La sabiduría puede ser una fuente de dolor. La "vergüenza literaria" es una intimidación progresiva que surge con solo mirar los estantes y darse cuenta de la dura y fría verdad de que hay tantos libros que nunca leeremos y tanto conocimiento que nunca tendremos (Rabbi Lawrence Hoffman dice que si uno quisera leer todo lo que los judíos escribimos necesitaríamos vivir más de 15 vidas y hablar al menos 20 idiomas fluidos; por eso aconseja creer que "uno leerá lo que está destinado o lo que necesita leer"). Hoy en día, es imposible mantenerse al día con todos los libros que, según la elección del verbo de Kohelet, "se elaboran".
Kohelet también hace que sus lectores sean conscientes de la materialidad del libro incluso en una época en la que la mayoría de las personas no poseían libros. Las ideas, si es que se escribían, eran producidas o copiadas por escribas profesionales y plasmadas en pergaminos sujetos a las vicisitudes del mal tiempo, el hambre de los ratones y la falta de espacio de almacenamiento adecuado. Había un gran cansancio físico en el acto de escribir todo el día; no es de extrañar que Kohelet reflexione sobre si no habría un mejor uso del tiempo. Los libros eran caros y escasos, y la lectura no era una actividad común, sino una ocupación de los más cultos y educados de la sociedad. Y, como advierte Kohelet, la alfabetización conlleva sus propios peligros. Al contemplar la materialidad del libro -su peso, su olor, su promesa-, la periodista Summer Brennan nos recuerda que los libros "no son unidades impersonales de conocimiento, intercambiables y reemplazables, sino más bien receptáculos para los momentos de nuestras vidas, cuyas páginas han absorbido esperanzas matinales y tristezas nocturnas, llevadas en maletas de luna de miel o aferradas a corazones rotos. Son recuerdos".
La advertencia de Kohelet revela irónicamente la silenciosa obsesión de los compradores y lectores de libros. Mientras Kohelet mira retrospectivamente los doce capítulos llenos de sabiduría que acaba de componer, se pregunta si valió la pena, sin darse cuenta de que su libro sería leído y analizado durante milenios.
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