
Death and the Miser (La Muerte y el Avaro) es una pintura al óleo del artista flamenco Frans Francken II, creada alrededor de 1635. Esta obra, que mide 23 x 17 cm, está realizada sobre cobre y forma parte de una serie de composiciones similares, de las cuales existen múltiples versiones y copias grabadas. La pintura se encuentra en la Wellcome Collection de Londres.
Descripción de la Obra
La escena muestra a un hombre anciano, ricamente vestido, en su lujosa casa, confrontado por la figura de la Muerte, representada como un esqueleto tocando un violín. Este acto simboliza la "danza final" a la que todos están destinados, independientemente de su riqueza o estatus. El anciano, sentado con una pierna vendada, apunta a su dolencia como excusa para no unirse a la danza, mientras que la Muerte descansa su pie sobre un reloj de arena vacío, indicando que el tiempo del anciano se ha agotado.
En la mesa frente al anciano hay monedas, papeles y un par de gafas, símbolos de su riqueza y ocupaciones mundanas. A través de un arco en el fondo, se observa otra escena donde la Muerte interactúa con un joven, sugiriendo que el anciano pudo haber hecho un pacto con la Muerte en su juventud, intercambiando su alma por riquezas terrenales.
Contexto y Significado
Esta obra pertenece a la tradición pictórica del "Memento Mori", que recuerda a los espectadores la inevitabilidad de la muerte y la futilidad de las riquezas terrenales. El tema de "Death and the Miser" proviene de la serie de grabados "La Danza de la Muerte" de Hans Holbein el Joven, publicada por primera vez en 1538. Francken tomó elementos de estos grabados y los adaptó en sus propias composiciones, llenándolas de detalles alegóricos y simbolismos morales.
Influencia y Variantes
Hay aproximadamente diecinueve versiones conocidas de esta composición, todas con variaciones menores en los detalles. Algunas versiones presentan diferencias en la decoración de la habitación o en los instrumentos musicales que la Muerte sostiene.
¿Qué opina Kohelet sobre la muerte?
1) Erica Brown comienza esta sección resaltando cómo Kohelet se enfrenta constantemente a la realidad de la muerte. Kohelet no evita hablar de la muerte; en cambio, la usa como un marco para todas sus reflexiones filosóficas y éticas.
2) La autora establece que para comprender plenamente el mensaje de Kohelet, uno debe enfrentar la verdad incómoda de la mortalidad según la descripción de Kohelet: a él no le da miedo sino asombro y frustración, es una inconveniencia y algo inevitable, es lo que borra el recuerdo de nuestra existencia.
Primera idea de Kohelet: la muerte como hevel (insustancialidad, vapor o temporalidad):
(1) Un buen nombre es mejor que el aceite fragante, y el día de la muerte que el día del nacimiento. (2) Es mejor ir a una casa de luto que a una casa de banquete; porque ese es el fin de todo hombre, y uno vivo debería tomarlo a corazón. (3) La aflicción es mejor que la diversión; porque aunque la cara esté triste, el corazón puede estar contento. (4) Los hombres sabios son atraídos a una casa de luto, y los tontos a una casa de diversión.
(1) Es mejor ir a una casa de luto. [Donde] el tipo de conducta sirve tanto a los vivos como a los muertos. (2) Que ir a una casa de banquete. [Donde] el tipo de conducta sirve solo a los vivos. Al ir a una casa de luto, una persona se da cuenta de que también será lamentada cuando llegue su momento. Esto le hará ser humilde y consciente del pecado. (Metsudat David) (3) Porque ese es el fin de todos los hombres. Porque el luto marca el fin de cada persona. Toda persona finalmente llegará a esto. Por lo tanto, "el vivo debe tomarlo a corazón," [el hecho de] que cualquier bondad que yo otorgue a los muertos, necesitaré que me la otorguen a mí en mi muerte. El que levanta su voz en lamentación, ellos levantarán sus voces en lamentación por él; el que lleva a los muertos, ellos lo llevarán; el que eulogiza, ellos lo elogiarán; el que escolta a los muertos, ellos lo escoltarán. (4) Otra explicación: Porque ese es el fin de todos los hombres. Porque la muerte es el fin de todos los días del hombre, y si no le otorga bondad ahora, ya no [podrá] otorgársela, pero [si] lo invitó a una casa de banquete y no fue, puede decirle: "un hijo nacerá finalmente para ti, y estaré allí contigo, la alegría de la boda de tu hijo llegará a ti, y yo iré allí". (5) Y el vivo debe tomarlo a corazón. Este asunto, que si no otorga bondad ahora, ya no [podrá] otorgársela.
Lecciones de este Rashi:
Lección 1: La Humildad y la Consciencia del Pecado
Texto: "Es mejor ir a una casa de luto... Esto le hará ser humilde y consciente del pecado. (Metsudas Dovid)"
Lección: Asistir a una casa de luto confronta a las personas con la realidad de la muerte, lo que las hace más humildes y conscientes de sus propios pecados. Esta experiencia promueve la introspección y el arrepentimiento, ayudando a las personas a llevar una vida más recta y significativa.
Lección 2: Bondad Verdadera (חסד של אמת)
Texto: "Es mejor ir a una casa de luto que a una casa de banquete..."
Lección: La bondad realizada hacia los muertos es considerada como la bondad más pura, ya que no hay expectativa de reciprocidad. Esto contrasta con la bondad mostrada en eventos festivos, donde siempre existe una expectativa implícita de devolución. Este tipo de bondad absoluta enseña a actuar desinteresadamente.
Lección 3: Reflexión sobre la Muerte y su Impacto en la Vida (lo opuesto del punto anterior)
Texto: "Porque ese es el fin de todos los hombres... [el hecho de] que cualquier bondad que yo otorgue a los muertos, necesitaré que me la otorguen a mí en mi muerte."
Lección: Reconocer que todos enfrentaremos la muerte nos enseña la importancia de las acciones presentes y la reciprocidad. Lo que hacemos por otros, especialmente en sus momentos finales, refleja lo que deseamos para nosotros mismos. Esto fomenta una comunidad más compasiva y solidaria.
Lección 4: Importancia del Arrepentimiento
Texto: "Y el vivo debe tomarlo a corazón."
Lección: Visitar una casa de luto puede tener un efecto redentor, haciendo que una persona reconsidere sus malos planes y se arrepienta. Este impacto moral demuestra cómo la confrontación con la muerte puede ser un poderoso motivador para el cambio positivo y la mejora personal.
Segunda idea de Kohelet: la muerte como igualador:
(14) "El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mientras que el necio camina en tinieblas. Pero también me di cuenta de que el mismo destino les espera a ambos."
(ב) ט֞וֹב לָלֶ֣כֶת אֶל־בֵּֽית־אֵ֗בֶל מִלֶּ֙כֶת֙ אֶל־בֵּ֣ית מִשְׁתֶּ֔ה בַּאֲשֶׁ֕ר ה֖וּא ס֣וֹף כׇּל־הָאָדָ֑ם וְהַחַ֖י יִתֵּ֥ן אֶל־לִבּֽוֹ׃
(2) "Es mejor ir a una casa de luto que a una casa de banquete; porque ese es el fin de todo hombre, y el vivo debe tomarlo a corazón."
(2) "Porque el mismo destino aguarda a todos: al justo y al malvado; al bueno y al puro, y al impuro; al que sacrifica, y al que no sacrifica; al que es agradable, y al que no lo es; al que jura, y al que evita jurar."
(3) "Eso es lo triste de todo lo que ocurre bajo el sol: que el mismo destino aguarda a todos. (No solo eso, sino que los corazones de los hombres están llenos de tristeza, y sus mentes de locura, mientras viven; y luego—¡a los muertos!)"
¿De qué nos sirve reflexionar sobre la muerte como un igualador? ¿Cómo nos ayuda?
Tercera idea de Kohelet: la muerte como hevel (entendida ahora como futilidad, vanidad, absurdidad)
(14) "Otra gran maldad es esta: debe partir tal como vino. Como salió del vientre de su madre, así debe partir al final, desnudo como vino. No puede llevarse nada de su riqueza consigo."
(15) "¿Entonces, cuál es el beneficio de su trabajo por el viento?"
(7) "Y el polvo vuelve a la tierra como era, y el aliento de vida vuelve a Dios que lo dio."
(8) "¡Vanidad de vanidades! —dijo Kohelet— ¡Todo es vanidad!"
¿De qué nos sirve reflexionar sobre la muerte como un absurdo o vanidad? ¿Cómo nos ayuda?
Cuarta idea de Kohelet: la muerte como enseñanza para vivir mejor:
(17) "No te excedas en la maldad y no seas necio, o podrías morir antes de tu tiempo."
(1) Un buen nombre es mejor que el aceite fragante, y el día de la muerte que el día del nacimiento.
(א) סדרא תנינא
טוֹב שֵׁם מִשֶּׁמֶן טוֹב, שֶׁמֶן טוֹב יוֹרֵד, וְשֵׁם טוֹב עוֹלֶה. שֶׁמֶן טוֹב לִשְׁעָתוֹ, וְשֵׁם טוֹב לְעוֹלָם. שֶׁמֶן טוֹב כָּלֶה, וְשֵׁם טוֹב אֵינוֹ כָּלֶה. שֶׁמֶן טוֹב בְּדָמִים, וְשֵׁם טוֹב בְּחִנָם. שֶׁמֶן טוֹב נוֹהֵג בַּחַיִּים, וְשֵׁם טוֹב נוֹהֵג בַּחַיִּים וּבַמֵּתִים. שֶׁמֶן טוֹב בָּעֲשִׁירִים, וְשֵׁם טוֹב בָּעֲנִיִּים וּבָעֲשִׁירִים. שֶׁמֶן טוֹב מְהַלֵּךְ מִקִּיטוֹן לַטְרַקְלִין, וְשֵׁם טוֹב הוֹלֵךְ מִסּוֹף הָעוֹלָם וְעַד סוֹפוֹ.
(1) "Un buen nombre es mejor que el buen aceite, y el día de la muerte que el día del nacimiento" (Eclesiastés 7:1).
"Un buen nombre es mejor que el buen aceite." El buen aceite desciende, un buen nombre asciende. El buen aceite es temporal, un buen nombre es eterno. El buen aceite es finito, un buen nombre es infinito. El buen aceite cuesta dinero, un buen nombre es gratuito. El buen aceite es para los vivos, un buen nombre es para los vivos y los muertos. El buen aceite es para los ricos, un buen nombre es para los pobres y los ricos. El buen aceite se esparce desde la cámara interior hasta el salón de banquetes, un buen nombre se extiende de un extremo del mundo al otro extremo.
(א) טוֹב שֵׁם מִשֶּׁמֶן טוֹב. יָפֶה לְאָדָם שֵׁם טוֹב מִשֶּׁמֶן טוֹב. וּבְיוֹם הַמָּוֶת טוֹב הַשֵּׁם מִיּוֹם הִוָּלְדוֹ לְכַךְ הֻקַּשׁ שֵׁם טוֹב לְשֶׁמֶן יוֹתֵר מִשְּׁאָר מַשְׁקִין, שֶׁהַשֶּׁמֶן אַתָּה נוֹתֵן לְתוֹכוֹ מַיִם, וְהוּא צָף וְעוֹלֶה וְנִכָּר, אֲבָל שְׁאָר מַשְׁקִים, אַתָּה נוֹתֵן לְתוֹכָן מַיִם, וְהֵם בּוֹלְעִים. (ג) וְיוֹם הַמָּוֶת מִיּוֹם הִוָּלְדוֹ. נוֹלְדָה מִרְיָם, אֵין הַכֹּל יוֹדְעִין מָה הִיא. מֵתָה, נִסְתַּלְּקָה הַבְּאֵר. וְכֵן אַהֲרֹן בְּעַמּוּד עָנָן, וְכֵן משֶׁה בְמָן:
(1) "Mejor es un buen nombre que el buen aceite. Una buena reputación para una persona es mejor que el aceite precioso, y en el día de [su] muerte esa reputación es mejor que [lo era] en el día de su nacimiento. Por esta razón, un buen nombre se compara con el aceite en preferencia a otros líquidos, porque [si] pones agua en el aceite, se eleva y flota, y es distinguible, pero otros líquidos, [si] pones agua en ellos, se absorben."
(3) "Y el día de la muerte que el día del nacimiento. Cuando Miriam nació, nadie sabía quién era ella. Pero cuando murió, el pozo dejó de existir, y de manera similar con Aarón con la columna de nube, y Moisés con el maná."
רַבִּי שִׁמְעוֹן אוֹמֵר, שְׁלשָׁה כְתָרִים הֵם, כֶּתֶר תּוֹרָה וְכֶתֶר כְּהֻנָּה וְכֶתֶר מַלְכוּת, וְכֶתֶר שֵׁם טוֹב עוֹלֶה עַל גַּבֵּיהֶן:
El rabino Shimon dijo: "Hay tres coronas: la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona de la realeza, pero la corona de un buen nombre las supera a todas."
En lo personal siempre que enseño esta Mishna comento que nosotros tenemos una ventaja en vida al visitar un cementerio: las lápidas nunca dicen qué cosas uno tuvo o ni siquiera qué pensaba. Poseen un nombre y el amor que dio. Si sabemos eso ahora, ¿qué esperamos para construir ya mismo nuestro shem tov? ¿Cómo quieres que te recuerden?
Quinta idea de Kohelet: la muerte como la capacidad de imaginar la inexistencia de uno mismo:
(11) "Los primeros no serán recordados; así también aquellos que ocurrirán más tarde no serán recordados como aquellos que ocurrirán al final."
(5) "Porque los vivos saben que morirán; pero los muertos no saben nada, y no tienen más recompensa, porque incluso su memoria ha perecido."
Erica Brown:
Nos atormenta la perspectiva de la inexistencia. David Eagleman en Sum: Forty Tales of the Afterlife observa que el proceso de olvido de los muertos es gradual: "Hay tres muertes. La primera es cuando el cuerpo deja de funcionar. La segunda es cuando el cuerpo es enviado a la tumba. El tercero es ese momento, en algún momento en el futuro, en el que se pronuncia tu nombre por última vez". Este es el momento más triste de todos. La filósofa Shelly Kagan se pregunta si este nivel opresivo de ensimismamiento es lógico. Contemplar que habrá un momento en el que la presencia y el nombre de uno dejarán de ser significativos no hará ninguna diferencia para los muertos o aquellos que se acercan a la muerte. La inexistencia, por tanto, no debería ser preocupante:
"¿No está claro que la inexistencia es mala para mí? Sin embargo, muy rápidamente esa respuesta puede llegar a parecer bastante insatisfactoria. ¿Cómo podría la inexistencia ser mala para mí? ¡Después de todo, la idea sobre la inexistencia es que tú no existes! ¿Y cómo podría algo ser malo para ti si no existes? ¿No existe una especie de requisito lógico de que para que algo sea malo para ti, tienes que estar presente para recibirlo? Un dolor de cabeza, por ejemplo, puede ser malo para ti. Pero, por supuesto, existes durante un dolor de cabeza. Los dolores de cabeza no pueden ser malos para personas que no existen. No pueden experimentar, tener o recibir dolores de cabeza. ¿Cómo podría algo ser malo para ti si no existes? Y en particular entonces. ¿Cómo podría ser mala para ti la inexistencia si no existes?"
"No le tengo miedo a la muerte; simplemente no quiero estar allí cuando suceda." Woody Allen.-
Coda (final...¿feliz?)
Para Kohelet, esos suspiros de los dolientes son una señal de que todavía estamos aquí. A pesar de su sombría inclinación hacia la muerte, las palabras de Kohelet todavía rebosan vida:
(4) "Porque el que está entre los vivos tiene algo que esperar; porque mejor es un perro vivo que un león muerto."
(5) "Porque los vivos saben que morirán; pero los muertos no saben nada, y no tienen más recompensa, porque incluso su memoria ha perecido."
Kohelet persevera en la muerte para que podamos vivir plena, hermosa y asombrosamente, de la misma manera que, milenios después, la poeta Mary Oliver elaboró sus pensamientos sobre esta corta y mágica vida.
"Cuando todo termine, quiero decir:
toda mi vida fui una novia casada con el asombro.
Fui el novio, tomando el mundo en mis brazos."